Afuera... la tormenta sacude los árboles ya desnudos por la crudeza del invierno,
la lluvia golpea mi ventana mientras intento darles un sentido a las letras que forman las palabras que a su vez construyen aquellas mágicas teorías jurídicas con las que mi mente goza tanto.
El sonido de las gotitas insistiendo en que deje todo y me vaya a soñar me tienta como tantas veces...Me siento tranquila, depierta y felíz...tengo la punta de la nariz fría, las manos tibias y mis pies calzan pantuflas de lana color lila.
Dentro, en el interior de mi ser, en ese rincón tan profundo e íntimo de mi misma, algo cambió. Vuelvo a pertenecerme, a ser mi propia dueña.
Fué tanto el tiempo que me sentí ajena, tantas las noches en que sentía que mi vida no giraba en torno a mí, que la sensación de "libertad" se vuelve distinta, tiene otro matiz.
El sabor de la soledad hoy es dulce...su tenor es de esperanza, no de abandono ni de amor oxidado.
Hoy me entrego a la luminosidad de este invierno a solas, de este invierno ya sin fantasmas, de este invierno tan fértil de sonrisas, tan húmedo de lágrimas derramadas sin nostalgia, hoy me entrego a un invierno, por fin, ya sin pena.
la lluvia golpea mi ventana mientras intento darles un sentido a las letras que forman las palabras que a su vez construyen aquellas mágicas teorías jurídicas con las que mi mente goza tanto.
El sonido de las gotitas insistiendo en que deje todo y me vaya a soñar me tienta como tantas veces...Me siento tranquila, depierta y felíz...tengo la punta de la nariz fría, las manos tibias y mis pies calzan pantuflas de lana color lila.
Dentro, en el interior de mi ser, en ese rincón tan profundo e íntimo de mi misma, algo cambió. Vuelvo a pertenecerme, a ser mi propia dueña.
Fué tanto el tiempo que me sentí ajena, tantas las noches en que sentía que mi vida no giraba en torno a mí, que la sensación de "libertad" se vuelve distinta, tiene otro matiz.
El sabor de la soledad hoy es dulce...su tenor es de esperanza, no de abandono ni de amor oxidado.
Hoy me entrego a la luminosidad de este invierno a solas, de este invierno ya sin fantasmas, de este invierno tan fértil de sonrisas, tan húmedo de lágrimas derramadas sin nostalgia, hoy me entrego a un invierno, por fin, ya sin pena.
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