El tiempo marchitándose traspasó sus propias fronteras...
La luz se perfilaba perfecta en tus pupilas anhelantes, tan llenas de sol
Pero solo era yo, contándome la misma historia...
Tu estabas lejos, inmerso en tus propias contradicciones
arullando con tus sonrisas mi alma cansada
Ellas fueron el puente que me llevo a conocerte...
Sonreír nunca fue mas claro...
deberías hacerlo mas a menudo
domingo, 7 de diciembre de 2008
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